¿Qué es un prolapso genital?
Este término hace referencia al descenso/herniación de los órganos de la cavidad pélvica debido a la pérdida o debilidad en el soporte de las estructuras que lo sostienen ( ligamentos, fascias y músculos) haciendo que pierdan su posicionamiento habitual y desciendan hacia la vagina.
¿Qué tipos hay?
A nivel pélvico diferenciamos distintos tipos de prolapsos en función del órgano afectado:
– Histerocele: descenso del útero
– Rectocele: descenso del recto
– Cistocele: descenso de la vejiga
– Enterocele: descenso de las asas intestinales
Asimismo según la gravedad del mismo, se diferencian cuatro grados. En los grados más avanzados es necesaria la intervención quirúrgica para devolver la posición al órgano.
¿Qué síntomas podemos tener?
En un grado inicial, puede que la paciente no tenga ningún tipo de síntoma y se detecte en una revisión rutinaria ginecológica. Sin embargo, en estadios más avanzados, pueden ir asociados a distintos síntomas:
– Síntomas uriniarios: incontinencia urinaria, urgencia miccional, sensación de no vaciar completamente la vejiga
– Sensación de pesadez en la vulva
– Bulto a nivel genital
– Disconfort en las relaciones sexuales
– Problemas intestinales
– Trastornos defecatorios
– Molestias al introducir un tampón
¿A qué se debe?
Son distintos los factores que pueden provocar la aparición de esta disfunción, citaremos algunos de los factores de riesgo más frecuentes:
– Debilidad de la musculatura perineal ( que puede acusarse en períodos de menopausia, embarazo, tras el parto…)
– Parto instrumental
– Cirugías previas en la zona
– Condiciones que producen un aumento de presión en la zona pélvica: obesidad, estreñimiento crónico, tos crónica…
– Algunas mujeres pueden tener predisposición por factores genéticos
En un próximo post os hablaremos sobre el tratamiento y los cuidados de los prolapsos genitales.
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Mª Dolores Teruel
Fisioterapeuta especializada en uroginecología y obstetricia
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