Integrar fisioterapia y feminismo es algo que no solo me parece necesario, sino que considero urgente. Como mujer, como feminista, como fisioterapeuta, como madre y como usuaria del sistema de salud considero que integrar fisioterapia y feminismo es un valor imprescindible en el enfoque de los tratamientos y en los buenos tratos a las mujeres.
El campo al que me dedico, la fisioterapia uroginecológica en la mujer, es especialmente vulnerable en cuanto a las desigualdades establecidas en el sistema patriarcal. La medicina se ha estudiado tradicionalmente en el cuerpo del hombre, sin tener en cuenta las singularidades de la mujer. Esto ha desencadenado en que se ninguneen patologías propias de la mujer. Solo hay que ver, por ejemplo, el peregrinaje de consultas médicas que realizan las mujeres con endometriosis. Estas mujeres tardan entre 7 u 8 años en tener diagnóstico de su enfermedad (1). ¿Sería igual si fuera una enfermedad masculina?
Se han normalizado las disfunciones de suelo pélvico en la mujer haciéndonos creer a las mujeres que “son normales”, cuando en realidad son síntomas de que algo no va bien y requieren tratamiento.
La sexualidad en la mujer ha estado censurada, reprimida, penalizada… El modelo sexual coitocentrista que no tiene en cuenta el placer ni las necesidades de la mujer ha sido el modelo impuesto.
No podían ser menos embarazo y parto, procesos complejos donde los haya si pensamos en términos de violencia hacia las mujeres y sus criaturas. Violencia obstétrica reconocida por la OMS (2).
Y no, no exagero
Todas las semanas encuentro en consulta…
- mujeres a las que han tratado de manera paternalista en consultas médicas, les han “reñido” por haber engordado “de más o de menos” en el embarazo, no se les ha informado a la hora de realizar algún proceso médico…
- pacientes que han sufrido situaciones de violencia en exploraciones ginecológicas, en el parto…
- mujeres cuyas disfunciones han sido “ normalizadas” por los sanitarios sin recibir opciones de tratamiento adecuadas
Mujeres a las que escucho y acompaño. A las que respeto. A las que informo y hago partícipes de su proceso de tratamiento.
La fisioterapia como colectivo tiene aún tanto que avanzar en nuestro país… Prácticamente no podemos optar a un tratamiento de fisioterapia en el sistema de salud público ya ni os cuento si se trata de fisioterapia uroginecológica. Por eso trabajamos esta especialidad sobre todo en el ámbito privado, lo que por otro lado también hace que no sea accesible a todas las mujeres que lo necesitan, generando más desigualdad aún.
Sé que somos muchas las profesionales que trabajamos con esta mirada, que están habiendo muchos cambios. Pero el sistema sanitario, en los términos a los que hoy hago alusión, es perverso. Es realmente necesaria una transformación profunda para poder dar un buen trato a las mujeres. Y sí, soy consciente de que tenemos un sistema sanitario público con grandes profesionales y recursos. Pero eso no lo justifica.
En fin, lanzo estas reflexiones en un día como hoy #8M con la esperanza de que en un futuro fisioterapia y feminismo vayan de la mano y las mujeres recibamos buenos tratos también en lo sanitario.
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Mª Dolores Teruel Pérez
Fisioterapeuta especializada en uroginecología y obstetricia
Referencias bibliográficas:
( 1) Guía de atención a las mujeres con endometriosis en el SNS del Ministerio de Sanidad
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