“Cuando una mujer comprende el significado de lo que le ocurre y eso tiene sentido para ella, cuando se siente capaz de gestionar una situación y siente poseer las herramientas suficientes para afrontarla, cuando comprende el significado emocional de su vivencia y confía en sus recursos y en sus acompañantes, puede participar activamente en su maternidad, moviéndose hacia la salud.”(G. Bianco)
La psicología perinatal promueve la salud de la madre y el bebé en el período que rodea al nacimiento. La ciencia ha demostrado que éste período, que va desde que aparece el deseo de tener un hijo/a, pasando por la concepción, el embarazo, el nacimiento y hasta la crianza temprana, establece el modelo sobre el que el ser humano experimentará su salud y emocionalidad a lo largo de toda su vida.
Cuando hablamos de madre, nos referimos al cuidador principal del bebé, ya que en algunos casos, las madres biológicas no pueden participar de todas estas fases, pero el bebé siempre habrá de transitarlas acompañado de otro.
Quienes nos dedicamos al ámbito perinatal, estamos convencidos de la necesidad de procurar que los bebés lleguen al mundo mental y físicamente sanos como punto de partida para la creación un mundo más sano y pacífico.
Y es que cuidar el bienestar psicológico de las madres en este período, constituye un pilar básico para la prevención de la salud mental infantil porque todas las vivencias maternas (durante la gestación, la forma en que se produce el nacimiento y se establece el vínculo familiar, la relación de apego y el amor parental durante el primer año de vida) dejan una huella determinante en el desarrollo de los niños a todos los niveles (biológico, psicológico y social).
La maternidad es un proceso de desarrollo de la mujer en todos los niveles, con implicaciones profundas en ella, que van más allá del acontecimiento biológico de dar a luz a un ser humano. Desde el punto de vista psicológico, se trata de una crisis vital, de un momento de transformación. Como toda crisis, también puede ser una oportunidad de crecimiento.
También sabemos que durante la maternidad, el principal factor de riesgo para la salud física y mental es la falta de apoyo (familiar, social o profesional), por ello la existencia atención individual y grupos de acompañamiento en estas etapas es tan importante para la detección de problemas y la búsqueda de herramientas que faciliten la generación, promoción y restablecimiento de la salud.
La psicología perinatal, por tanto, debe tener una doble mirada, atendiendo las necesidades tanto del bebé como de la madre y siempre tener presente la importancia y participación de los padres, de la familia y del entorno en el cuidado de esta nueva vida que comienza para ambos.
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Jazmín Mirelman Karger
Psicóloga y terapeuta psico-corporal
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